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  • Foto del escritorIEP. SANTA MARÍA EUFRASIA

CONFER - Hna Agustina Rivas López “AGUCHITA” RBP


"La muerte no se improvisa... El amor es nuestra vocación: sigamos la donación total a semejanza de Nuestro Señor Jesucristo, que dio su vida hasta morir en la Cruz" (notas personales de Aguchita)


SUS ORÍGENES - VIDA FAMILIAR:

La niña Antonia Luzmila nació en CORACORA-AYACUCHO, el 13 de Junio de 1920, alegrando el hogar de los esposos Dámaso Rivas y Modesta López de Rivas. La primera de una familia numerosa con 11 hijos.


Es en su hogar donde ella fue aprendiendo las virtudes cristianas que veía en sus padres, en especial el amor a los pobres que demostró desde muy niña; siempre buscaba protegerlos y socorrerlos compartiendo lo que las cosechas le proporcionaba.

Los hermanos describían su carácter siempre alegre, servicial, cariñoso, virtudes que con los años le dieron ese aspecto sonriente, amigable, pacífico. Siempre se distinguió por su amor a la familia constituyéndose en lazo de unión para ellos.


SU VOCACIÓN:

Luzmila vino a Lima en 1938, y así tuvo su primer contacto con la Congregación del Buen Pastor.

En 1942, después de un discernimiento vocacional, distingue claramente el llamado de Jesús y decide ingresar a la Congregación del Buen Pastor para hacer el pre-noviciado.

1942, 16 de octubre inicia su noviciado. A partir de esta fecha dejará de llamarse Luzmila Antonia para ser María Agustina.

El 8 de febrero de 1945, día en que la Congregación celebra la fiesta del Corazón de María, establecida por San Juan Eudes, María Agustina hace su primera profesión con la emisión de los votos de pobreza, castidad, obediencia y celo por la salvación de las almas.

El 8 febrero de 1949, hace la profesión de los votos perpetuos.


SU MISIÓN APOSTÓLICA:

En los años sucesivos se entregó a su misión con mucho amor y disponibilidad en los apostolados donde le tocó trabajar. La mayor parte de su vida religiosa transcurrió en la casa del Buen Pastor de Barrios Altos - Cercado de Lima, donde trabajó con personal seglar y nuestras jóvenes internas. Su fuerza física y espiritual, su abnegación sin límites, su contacto con las jóvenes le permitieron un admirable trabajo y presencia constante plena de sacrificio y amor.

De 1970 a 1975 pasó a la comunidad de nuestras hermanas contemplativas. Ellas testimonian su presencia abnegada, plena de Dios. Agustina fue una excelente y abnegada enfermera, un apoyo, un recurso frecuente y fraterno en el que puso todo su corazón y su cariño.

Luego, en 1980, pasó a formar parte de la pequeña comunidad de Reina de la Paz, en Salamanca. Ahí volvió a encontrarse con sus amadas jóvenes del Hogar, a quienes se entregó con su celo característico.

Para la comunidad fue la hermana mayor, la que ponía el sello de solidez tanto en la vida espiritual como en la misión apostólica, aquella a quien se podía recurrir siempre en busca de ayuda, serenidad y paz.

En 1986 pasa a formar parte de la comunidad del Noviciado. Su testimonio de vida fue, durante dos años, un factor importante en la formación de nuestras jóvenes.


LA ENTREGA DEFINITIVA

Llegamos a la última etapa de su vida, aquella que evidencia toda su riqueza personal, su espíritu misionero y su opción por la madre tierra: Misión de La Florida - Vicariato de San Ramón. Allí se dedicó con un ardor pleno de celo apostólico a las Mujeres, niñas, familias en situación de extrema pobreza y excluidas, sometidas al abandono del Gobierno y al terror de grupos subversivos. Cuando fue llamada al martirio, hacía tres años que Agustina servía en la misión de "La Florida – Vicariato de San Ramón"-Junin-Perú. Trabajar en La Florida para la Congregación fue un fuerte desafío, nos quedaban dos alternativas: Abandonar el rebaño o dar la vida por él. La comunidad asumió esta opción y recibió de Dios el gran llamado de su vida: dar la vida por el rebaño... dar la vida en el martirio, fue el sello último de toda una vida de dedicación y de donación al rebaño.

Un 27 de Setiembre 1990, A las 3 pm entró un grupo subversivo a La Florida y reunió en la plaza a todo el pueblo; luego de una larga arenga dieron muerte a 6 personas, entre ellas a nuestra hermana Agustina. Los esposos Efigenia Marín y Juan Pérez , hijos: Luis Pérez Marín - Herbert Pérez Marín (asesinado y torturado al día siguiente)-Pedro Pizarro.

Circunstancias judiciales nos permitieron traerla a Lima después de cinco días. . Aquí le dimos sepultura después de una concelebración multitudinaria. Amigos, destinatarios y familiares acompañaron junto con sus hermanas los restos de Aguchita hasta su última morada. Ella, que amo y oró tanto por los sacerdotes, fue conducida después de la Eucaristía, por varios celebrantes vestidos de alba, en procesión de palmas y olivos y aplausos de la multitud que nos acompañaba.

Cuando Dios la llamó al martirio, Aguchita tenía 70 años. La Comunidad en La Florida consciente del riesgo que significa en aquel momento vivir en una zona de emergencia, rodeada de violencia. Aguchita estaba allí, con sus hermanas, donde la presencia misericordiosa del Buen Pastor era imprescindible.


HACIA LA SANTIDAD

El camino de Aguchita hacia la Beatificación es muy de Dios. Cuando el 9 de marzo de 2015, en la “Ceremonia de reconocimiento y colocación de nombres” en el Memorial El Ojo que Llora, de sacerdotes, religiosos y religiosas asesinados por Sendero Luminoso durante el período de violencia política que padeció nuestra patria entre 1980 al 2000, Monseñor Luis Bambaren de la diócesis de Chimbote, recordando a los sacerdotes Víctor Acuña Cárdenas, Teodoro Santos Mejía y Reynaldo Sáenz (peruanos), los tres religiosos extranjeros Zbigniew Strzalkowski, Miguel Tomaszek (polacos) y Alessandro Dordi (italiano) asesinados en 1991 y que pronto serían beatificados, Mons. expresó su pesar de no haber incluido a Hna. Agustina Rivas, (primera mártir peruana), Irene Mc Cormack (australiana).

En esa emotiva ceremonia que coincidía con el 25 aniversario del martirio de Aguchita. Se leyeron breves reseñas de su vida, misión y oblación martirial:

“En el 25 aniversario de martirio de nuestra hermana Aguchita, ante este memorial de nuestros mártires, la sangre de nuestra hermana María Agustina Rivas, se une a la ofrenda martirial de sus hermanos y hermanas, quienes nos dieron vida y vida en abundancia….Tenemos en ella una santa mártir. Aguchita nos mostró el Evangelio durante su vida, a partir de su muerte nos sigue evangelizando con la fuerza radical de las bienaventuranzas. Hoy, ante este Altar, junto a sus hermanas y hermanos mártires, le pedimos nos ayude a entender lo que significa ser artesanos de paz con justicia en nuestro Perú y a tomar conciencia del alcance de nuestra entrega "hasta la muerte".(Delia)


Paradójicamente, es en la beatificación de los citados Padres, que la gente comienza a reclamar y algunas veces diciéndolo públicamente: ¿por ser una anciana? Una mujer? Una ayacuchana? Es entonces que la Hna. Provincial, comparte con Monseñor Gerardo Zerdin, Vicariato de San Ramón y con Mons Piñeyro, Presidente de la Comisión Episcopal. Ellos presentaron a la Congregación para las Causas de los Santos la petición oficial para la apertura de la Causa de Beatificación de María Agustina Rivas López, conocida cariñosamente como Aguchita – junto con la carta escrita por la Congregación.

El 15 de agosto, nuestra Animadora de la Congregación nos da la ‘buena noticia’ de la aprobación oficial de parte de la Congregación para las Causas de los Santos de la apertura de la Causa de Aguchita, indicando quién es el Postulador, sus roles, pide constituir en Perú una Comisión y que se inicie el trabajo documentario según las exigencias de la S.C para las Causas de los Santos.

Mons GERARDO ZERDIN publicó el Edicto comunicando que va a iniciar el proceso.


AGUCHITA PRESENTE

La gente de Perú mantiene viva la memoria de Aguchita y se ha preguntado muchas veces por qué su causa no seguía adelante. He aquí algunos eventos:


Presencia en el LUM (Lugar de la Memoria). Gran apertura para darle su espacio.

Setiembre 2017: En CMAN. Comité Multisectorial de Alto Nivel – CMAN, se alcanza que entre las Reparaciones y Reconocimiento en época del terrorismo, se considere lo sucedido en el C.P LA FLORIDA en 1990. Es así que EL MISMO DÍA 27 DE SEPTIEMBRE DEL 2017, EN SU CENTRO POBLADO LA FLORIDA, se realiza el acto público a cargo de representantes de CMAN (Comisión Multisectorial de alto Nivel del Ministerio de Justicia y DD HH). Se develan dos Placas: Una en la Plaza del Centro Poblado y otra en la Capilla del pueblo.


Octubre 2017: Se inicia oficialmente en Perú el PROCESO con la presencia del Procurador y representantes del Equipo de Liderazgo Congregacional.


20 noviembre 2017: AGUSTINA RIVAS LÓPEZ “AGUCHITA” en el LUM.

El Estado peruano reconoce el invalorable trabajo por las mujeres, niñas e integrantes de la comunidad La Florida, Junín. Una placa PASTORA Y MÁRTIR DE LA MISERICORDIA es una señal de la presencia de Dios que busca la igualdad y la justicia para los pobres.


Marzo 2018: Reapertura de la Cdad en La Florida: Las hermanas que conformarán la Cdad en el CP La Florida, prepararán junto a Mons. Zerdin, el traslado de los restos de Aguchita, quien permanecerá en su último lugar de Misión, donde la gente la quiere, recuerda y reclama…


El 03 de marzo 2018: se inauguró el CENTRO “MEMORIAL AGUCHITA” en Salamanca-Lima. Es en un ambiente pleno de motivación, creatividad y contemplación que nos preparamos para decirle a Jesús BP, gracias porque AGUCHITA SIGUE VIVIENDO en medio de nosotras,


¿QUIÉN ERA AGUCHITA? Una pastora que tenía la urgencia de estar con el rebaño: "allá me necesitan, debo ir cuanto antes" (carta de Aguchita). "Quiero consumir en la obra de mi apostolado todas las reservas de mi corazón, quiero ese desgaste del cirio, que ilumina y disminuye" (de sus notas personales)


DETALLES DE SU PERSONALIDAD: Amaba las plantas y gozaba con la naturaleza, promovió los huertos familiares.

Para sus hermanas fue un testimonio vivo del Buen Pastor; fraterna, servicial, generosa, ella vivenció el carisma de misericordia plenamente en su vida comunitaria.

La Provincia Peruana del Buen Pastor, tiene en ella una santa mártir. Aguchita nos mostró el Evangelio durante su vida, a partir de su muerte nos sigue evangelizando con la fuerza radical de las bienaventuranzas. Ella nos ayude a entender lo que significa ser religiosa del Buen Pastor en un Perú que se desangra y a tomar conciencia del alcance de nuestra entrega "hasta la muerte".

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